22/5/09

instante en el abismo

Cayendo sobre el incesable abismo, pude ver en unos instantes la vida que dejé atrás... la oscuridad abarrotaba mi mente y una sensación extraña, inconfundible pero agradable pasaba por mi cuerpo mientras caía, solté libremente a mi alma y solo una sonrisa se vislumbraba por mi rostro al momento de caer...

Pude reencontrarme con mi niñez, y me alegré al ver un niño feliz, viviendo en una fantasía infinita, creyendo en un mundo perfecto y solo buscando el abrigo de mamá y la compañía de mi Padre, aun mis labios no hablaba pero mis ojos expresaban el regocijo de descubrir un mundo nuevo para vivir y para hacer parte de él. Pronto hablaba, caminaba y exploraba ese nuevo y extraño mundo, cuantas oportunidades aparecían con el nacimiento de un nuevo sol, podía ser rey, aviador, sacerdote y médico en un mismo día y sin reproche alguno, me sentía libre y como tal me comportaba, solo importaba las aventuras listas para enfrentar a la siguiente alborada...

lástima que seguí creciendo, porque ese mundo bello lentamente empezó a transformarse en uno amargo, sin alma e irreprochablemente doloroso, aquellas aventuras pronto se convirtieron en incesables pesadillas que se adueñaban de mi interior y jugaban con mi sufrimiento y mi malestar, aquel bello niño se convirtió en un introvertido joven y en un adulto misántropo, marcas y cicatrices de soledad, miseria, falsedad y traición circundaba mi corazón que solo latía por necesidad y que apáticamente esperaba el momento para dejar de hacerlo, solo latió con furor el día que creyendo estar enamorado entregó a su cuerpo a una muerte dolorosa que llego con heridas que nunca pudieron coagular, que nunca pudieron sanar, que nunca pudieron cristalizar...

Cada día más inc esante el dolor, más lejana mi felicidad y con una fuerza superior que no era mi fuerza, me acercaba al abismo, cedía a sus encantos y empezaba a añorar el día en que los dos llegáramos a pertenecer al mismo ente, en ese instante y aun sin entender mi decisión, me lancé sobre mi único amigo, él se alimentaba del dolor a cambio de matar al adolorido en el trayecto, por eso sonreí porque lo único que me interesaba, el final de mi dolor, se encontraba cerca y ya podía palpar en mi muerte la única razón de mi felicidad...

Entonces te vi, no me preguntes cómo, pero te vi, y en tus ojos vi un nuevo y desconocido mundo, un mundo donde no importaban los miedos, las cicatrices o las marcas, donde un aire de paz corría por los semblantes de todos los hombres y donde la felicidad no era un simple deseo o un concepto vano de esperanza, sino que la podía sentir, la podía palpar y prácticamente podía hablar con ella, no pude evitar que dos lágrimas salieran de mis ojos, que mi mente reescribiera su concepto de belleza y que mi corazón latiera de nuevo por primera vez en muchos años...

sin embargo aun caigo en el abismo que formaron mi mente y mi corazón, y sigo esperando el día en que tus ojos logren abrir los míos, así, solo así podré despertar de mi sueño eterno, donde mi amor sigue esperando a ser liberado y donde tu puedes avivar los sentimientos bellos que mi mente olvido hace muchos años y que mi corazón enterró en las cloacas de mis articulaciones hace ya mucho mucho tiempo...

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